08 febrero, 2016

La vida de la procesionaria.

Con la llegada de la primavera los grandes nidos de ‘Thaumetopoea pityocampa’, empiezan
 a eclosionar.
La procesionaria pone sus huevos sobre las ramas apicales de los pinos y cedros, para que sus orugas al nacer se alimenten de los brotes jóvenes de las agujas u hojas de los pinos.
procesionaria_oruga

Las orugas de las procesionarias, con su cuerpo cubierto de largos pelos, son peligrosas ya que son urticantes. No es necesario el contacto directo, cuando se sienten amenazadas pueden lanzar
sus pelos sedosos al aire generando irritaciones y alergias a personas y animales.

Para combatir a esta plaga es fundamental conocer su ciclo biológico:
Dependiendo de la climatología, a mediados o finales de verano la mariposa de la procesionaria realiza la puesta de huevos en las acículas de los pinos. Al cabo de un mes nacen las orugas que se agrupan en los característicos bolsones.
Las larvas, nacidas en el verano, pasan los meses fríos en sus bolsones situados en las ramas
de los pinos, estos bolsones están hechos de hilos sedosos y dentro de ellos albergan de 100 a 200 larvas. A la caída del sol, las orugas entran en actividad y comienzan su marcha en busca
de comida de una manera alineada. Cuando han terminado de alimentarse o cuando el frío de la noche es considerable las procesionarias vuelven al bolsón. A finales de invierno bajan del 
pino para enterrarse en el suelo con el fin de transformarse en mariposas. A mediados o finales de verano salen las mariposas de la tierra y tras la cópula se produce una nueva puesta en las ramas de los pinos. La mariposa es poco conocida porque solo vive 24 horas.
Las orugas tardan en nacer unos 30-40 días. Inmediatamente después de la eclosión éstas empiezan a alimentarse en el mismo lugar donde emergen, desplazándose posteriormente a otras zonas en las que construyen nidos de seda de forma provisional, manteniendo durante 
los cinco estadios larvarios un comportamiento gregario.
En la fase larvaria las orugas se alimentan activamente, de forma que pueden llegar a comer por completo las acículas del pino en el que se ubica la colonia. Llegado este punto y, al igual que ocurre en estadios anteriores, las colonias descenderían al suelo para buscar otros pinos donde alimentarse. Cuando las condiciones ambientales son favorables las larvas maduras abandonan los pinos y se dirigen en procesión hacia el suelo para enterrarse y crisalidar, la hembra que encabeza la procesión busca las zonas más soleadas, claros y bordes, cuando se trata de zonas frías y templadas, dirigiéndose a lugares más sombreados en el caso de zonas cálidas. La temperatura óptima del emplazamiento del enterramiento es de unos 20 ºC.

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